A lo largo del blog he hablado mucho acerca de los microcréditos, pero realmente no he explicado a detalle que es lo que son. Según Carola Conde en su libro Realidades, mitos y retos de las microfinanzas en México “El microcrédito consiste en pequeños créditos otorgados a la gente pobre o muy pobre para crear proyectos de autoempleo (micronegocios o changarros) y generar ingresos”. Esta definición es una de mis favoritas, ya que incluye dos puntos claves de los microcréditos. La primera parte es la descripción que hace, para ampliar este conocimiento a continuación enlistaré algunas características de este servicio:
1. Los préstamos son pequeños, en promedio varían alrededor de $100 dólares.
2. La duración de los péstamos es corta, máximo un año.
3. La deuda se salda con pequeños pagos semanales.
4. La tasa de interés varian entre el 20% y 100% anual.
La segunda parte es en mí opinión lo más importante en cuanto a microcréditos: el tipo de actividad a la cual se destina dicho préstamo. Tal y como lo menciona Conde el microcrédito debe destinarse a proyectos de autoempleo que le ayuden a la gente a generar ingresos. Esta idea es apoyada también por Boudreaux y Cowen en su artículo "The Micromagic of Microcredit" y por Martinez en "El microcrédito como instrumento para el alivio de la pobreza: Ventajas y Limitaciones". Todos ellos consideran al microcrédito como " una idea ganadora" que ayuda a los pobres a emprender negocios. El microcrédito debe de ser destinado a una actividad que produzca ingresos, para que así las personas pobres puedan ganar más y así pagar fácilmente el préstamo.
Es muy importante recalcar que la finalidad del microcrédito es aliviar la pobreza y reactivar la economía. Muchas veces el microcrédito se confunde con el microfinanciamiento. La diferencia entre ellos es fácil: su finalidad. El microcrédito es el tipo específico de microfinanciamiento que tiene como finalidad disminuir la pobreza y sus préstamos van destinados generalmente a microempresas, ya sea para fundarlas o para mejorarlas. En cambio, el microfinanciamiento otorga recursos para cualquier tipo de actividad y necesidad. Algunos de los fines más comunes pueden ser personales, escolares, emergencias, enfermedades, liquidación de deudas, adquisición de bienes o remodelación de vivienda. Es más, algunas veces, el destino del capital es irrelevante.
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